miércoles, 12 de septiembre de 2007

EDITORIAL No1

Lúcidos y lúdicos
El tema de lo lúdico pareciera estar fuera de contexto cuando hablamos de “realidades” o de “libertad de expresión”, nada más inexacto, especialmente, cuando hablamos de desinformación o generación de fantasías emocionales en los medios de comunicación privados de Venezuela para posicionar ideas absurdas en el imaginario del venezolano.
En este tiempo, lo lúcido no se contrapone a lo lúdico, entendiendo que los que nos entregan los medios de comunicación privados, de manera frenética y sostenida, es basura retórica, plena de mentiras, falsedades apoyadas en medias mentiras que son dimensionadas o magnificadas mediante imágenes y títulos trucados, sojuzgando la realidad, y manteniendo a un número importante de la audiencia nacional en altos grados de desasosiego y de desaliento. Entonces el juego viene a traernos una tregua para regresarnos la realidad.
El tema la libertad de expresión ha sido colocado en el imaginario nacional para justificar una posición política, peor aún algunos oposicionistas desdicen de los hechos históricos trascendentales como la Copa América y la participación protagónica de Venezuela, como el equipo Vino Tinto, el pueblo constructor y el Gobierno Revolucionario, que dejó el sabor de la victoria para Venezuela en la presencia de una infraestructura monumental para eventos deportivos nacionales e internacionales y en la organización de la justa deportiva más importante de América. .
De allí que un juego, un evento deportivo, como la Copa América, nos hizo fundar, inventar y acertar, esa es la esencia de lo lúdico: imaginar, crear, inventar y para nuestra fortuna acertamos en todos los sentidos, incluso en términos de inversión financiera. La única manera de negar esta realidad es mediante una mentira.
Nadie podrá comprender el lenguaje absurdo de los oposicionistas cuando hablan “de la libertad de las libertades”, una retórica fuera de contexto, peor aún, un discurso político sin objeto, totalmente confuso, que la realidad aplasta con una sola posibilidad de ser comprendido: la flojera intelectual y la incapacidad para pensar, para crear.
En cambio, el país está listo para construir, imaginar, crear, pensar, inventar, todo está por hacer para la patria socialista con espíritu lúdico y voluntad ontológica.
Las palabras de Simón Bolívar y Simón Rodríguez nos siguen como un eco subterráneo profundo, en las fundaciones simbólicas y espirituales de Venezuela, como un magma humano que ya comenzó a brotar y que nada puede detener mientras tengamos disposición de jugar a ganar lucidamente con conciencia cristalina sobre nuestro destino hacia una sociedad de iguales e incluidos.
Aldemaro Barrios Romero.

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